Fred Liu es managing partner de Hayden Capital, una sociedad de inversión con una filosofía muy particular. Fred emprendió Hayden en 2014, únicamente gestionando su propio patrimonio, el de su familia y amigos. A partir de 2016, empezó a aceptar capital externo. Su excelente trabajo durante estos años ha hecho que sus AUM hayan llegado a US$70 millones, obtenido de sus socios que la mayoría son inversores profesionales.

¿Por qué digo que Hayden tiene una filosofía muy particular? Bueno, para empezar, como contados value investors, a Liu le importan muchos sus socios, siempre siendo transparente con ellos. Además, Liu emprendió este viaje sin conexiones en la industria de gestión de activos ni capital institucional; todo producto de su esfuerzo.

Debo admitir que, aunque ya conocía a Fred, nunca tuve la oportunidad de leer una carta completa de su firma. Hace poco salió la carta anual 2020, y quedé impresionado. Para empezar, su track record es bastante bueno:

En la carta anual, compartió varias cosas interesantes: actualizaciones en su cartera, su forma de ver el mundo de la inversión, entre otras cosas. A continuación, dejaré algunos párrafos destacados de su carta. Como siempre, al final del post encontrarás el link hacia la carta completa.

La inversión es una forma incierta de arte

Al igual que en los campos artísticos “tradicionales”, tanto la industria como la inversión son industrias basadas en el aprendizaje. Las habilidades que desarrollas al principio de tu carrera se perfeccionan mejor si aprendes con un gran maestro y practican esas técnicas bajo sus ojos experimentados. Pero lo que hace única a la inversión es la variabilidad en el resultado: puedes tener el proceso de inversión más sólido; los incentivos adecuados; una estructura de fondos bien pensada; socios capitalistas estoicos; obtener todos los “insumos” correctos, etc.; pero un cambio en una variable externa/macroeconómica, y sus resultados a corto plazo pueden desaparecer.

Así como Miguel Ángel probablemente sería un pésimo expresionista abstracto, Warren Buffett probablemente sería un pésimo trader macro. Sus personalidades únicas, temperamento emocional, curiosidades naturales y la forma en que fueron preparados no encajarían bien.

Por lo tanto, para crear algo especial, ya sea pintar la Capilla Sixtina o gestionar una cartera de inversiones de primera clase durante varias décadas, generalmente se requiere una combinación especial del punto de vista único del artista, su personalidad/experiencias de vida; y la capacitación técnica necesaria para llevar a cabo esa visión.

Por eso creo que la inversión grandiosa es una forma de arte. Aquellos que he encontrado que tienen más éxito, ven sus carteras como una extensión de ellos mismos y de sus personalidades/curiosidades innatas. No puedes gestionar una cartera global si no te apasiona aprender cómo se desarrollan los países y las sociedades; ni puedes gestionar una cartera concentrada si te pones nervioso con facilidad por la volatilidad. Hay muchos estilos artísticos, pero cada estilo es único solo para ese artista en particular (y aquellos por los que intenten copiarlo, sin poseer ese cóctel especial de rasgos, nunca serán tan buenos como el pionero).

No puedes copiar el arte de otros inversores

A lo largo de los años, he sido testigo de muchos de mis compañeros (supongo que ~95% de la industria) tratando de recrear la obra de arte de otra persona. O peor aún, están creando arte que creen que se venderá mejor/atraerá a la mayoría de los clientes, en lugar de enfocarse primero en crear una pieza que sea única y la mejor representación de ellos mismos, y solo luego tratar de encontrar mecenas que la aprecien.

Una manifestación de esto es la aplicación de un desajuste de “reglas de la industria” a los estilos de inversión incorrectos. Por ejemplo, un error común que he visto cometer a otras firmas de inversión es con respecto a su pensamiento (o falta de) en torno a los “límites de riesgo” en el tamaño de las posiciones: como no más del 10% en una sola posición en un momento dado (incluso si la empresa alcanza ese límite debido a un desempeño superior, creación de valor y, por lo tanto, una apreciación de las acciones más rápida que las otras inversiones de cartera).

Necesitas tener tus propias herramientas

Mi opinión es que los inversores deberían adaptar sus herramientas en función de la obra de arte que están intentando crear (empezar con el producto final y luego trabajar hacia atrás para determinar qué se necesita para crearlo). Pero frecuentemente, veo que los inversores empiezan con un conjunto de herramientas solo porque es el estándar de la industria, y solo entonces deciden qué pueden hacer con ellas.

Sospecho que esta es la falla clave de nuestra industria y por qué tantas firmas de inversión terminan pareciendo iguales, con carteras “parecidas”. ¿Cómo puedes esperar utilizar las mismas herramientas (y, por lo tanto, las mismas limitaciones) que todos los demás, pero que el resultado final sea único?

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